Una pena mojada se acartona con el tiempo.
Y hay lluvias, sobre todo en primavera,
que llegan borrando los rastros de muchas ausencias.
sábado, 21 de marzo de 2015
lunes, 16 de marzo de 2015
domingo, 15 de marzo de 2015
El espejo del tiempo
De casi todo lo vivido
me quedo con el fondo de sus ojos.
No tiene que hablar para que lo entienda,
ni le hacen falta ladridos o saltos desbocados.
Queda su gesto sereno en el espejo del tiempo.
me quedo con el fondo de sus ojos.
No tiene que hablar para que lo entienda,
ni le hacen falta ladridos o saltos desbocados.
Queda su gesto sereno en el espejo del tiempo.
viernes, 13 de marzo de 2015
La arrogancia
Todos los engreídos se creen a salvo,
pero visita las tumbas y leerás sus nombres.
Millones de arrogantes y de usureros
pudriéndose en sus propios huesos.
Todos ellos creían que iban a ser eternos.
Se soñaban para siempre en sus puentes de mando
o creían que el dinero evitaría el pudrimiento.
Cuando los veas por la calle,
o si tienes la desgracia de convivir cerca de ellos,
o cuando salgan en las pantallas desafiantes y altaneros,
no olvides nunca en lo que acabarán esas poses insolentes.
Y, sobre todo, no te conviertas jamás en uno de ellos.
pero visita las tumbas y leerás sus nombres.
Millones de arrogantes y de usureros
pudriéndose en sus propios huesos.
Todos ellos creían que iban a ser eternos.
Se soñaban para siempre en sus puentes de mando
o creían que el dinero evitaría el pudrimiento.
Cuando los veas por la calle,
o si tienes la desgracia de convivir cerca de ellos,
o cuando salgan en las pantallas desafiantes y altaneros,
no olvides nunca en lo que acabarán esas poses insolentes.
Y, sobre todo, no te conviertas jamás en uno de ellos.
jueves, 12 de marzo de 2015
Vereisa
Hace mil años danzabas ante la hoguera.
Eras la odalisca que quebrantaba la noche.
Tu pelo se agitaba entre las llamas.
Ahora cruzas la calle pendiente de los automóviles.
Vistes un abrigo largo y un pantalón claro.
Te llamabas Vereisa y yo era el que encendía el fuego.
Eras la odalisca que quebrantaba la noche.
Tu pelo se agitaba entre las llamas.
Ahora cruzas la calle pendiente de los automóviles.
Vistes un abrigo largo y un pantalón claro.
Te llamabas Vereisa y yo era el que encendía el fuego.
lunes, 9 de marzo de 2015
El cepillo de dientes
Había otro cepillo de dientes.
Rojo, con las cerdas casi intactas,
dentro de un vaso de plástico de color verde.
Ella se marchó antes de que amaneciera.
No sé cuánto tiempo estará este cepillo en mi baño.
Es morena, nos conocemos hace algunos meses.
No planeamos comenzar a vivir juntos.
Yo dije que no quería volver a vivir con nadie.
Hasta que vi el cepillo esta mañana.
Rojo, con las cerdas casi intactas,
dentro de un vaso de plástico de color verde.
Ella se marchó antes de que amaneciera.
No sé cuánto tiempo estará este cepillo en mi baño.
Es morena, nos conocemos hace algunos meses.
No planeamos comenzar a vivir juntos.
Yo dije que no quería volver a vivir con nadie.
Hasta que vi el cepillo esta mañana.
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