sábado, 19 de septiembre de 2015

La casa grande

La casa es grande.
Tú caminas por ella.
Atraviesas pasillos,
abres y cierras ventanas
y te acostumbras
al ruido de las cañerías.
Pero ninguna habitación
se cierra para siempre.
Los sueños y las intuiciones
no son más que puertas
que dejaste abiertas en otro tiempo.

sábado, 12 de septiembre de 2015

La playa

Me gustaba verla cuando se acercaba a la orilla.
Seguía el rastro de sus pisadas
a medida que se alejaba hacia el acantilado.
Poco a poco la marea borraba sus pasos
hasta que no era más que un espejismo lejano.
Lleva dos semanas sin aparecer por la caleta.
Posiblemente fuera una mujer solitaria
a la que nadie habrá echado de menos.
Podía tener entre cincuenta y sesenta años
y parecía una extranjera desorientada.
La última vez vi que su sombra
se perdía donde termina la playa.

martes, 8 de septiembre de 2015

Ya no hay cuentos

Un día te escapaste de los cuentos.
Hasta entonces tú eras una más.
Cada tarde coloreabas aventuras
a medida que ibas leyendo.
No recuerdas cuándo te marchaste.
Ya no te crees ninguna princesa
ni abres los libros para esconderte en ellos.
Si acaso te refugias un rato, o te recreas,
o te salvas del tedio o de algún contratiempo.
Pero ya no eres aquella que dejaba el bocadillo a medias
porque se le iban los ojos detrás de todas las letras.
Entonces tenías mil nombres
y te podías esconder en cientos de argumentos.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Las sombrillas de playa

Seguirán volando las gaviotas
por estas mismas playas
y seguirá el rugido del mar
y el olor a sebas y a marisco.
Imagina este paisaje sin nosotros,
armoniosamente equilibrado
con sus lluvias y sus solajeros
y con el incesante ir y venir de las olas.
Todo estaba así cuando llegamos.
Tú y yo solo ponemos las sombrillas.