El primer canto

Vino solo para cantarte.
Llegó desde muy lejos.
Sobrevoló en silencio
barrancos y montañas.
No había cantado antes.
Hoy lo intentó en tu azotea
y tú lo escuchas de fondo
sin saber que estás asistiendo
al mayor acontecimiento
de este nuevo día
que ya se vislumbra en la playa.

El gesto sereno

La belleza de ese pájaro
con el gesto sereno,
tendido boca arriba
junto a una acacia,
bajo un cielo azul
que aún reconoce sus vuelos
y conserva intacta la estela
de su plateado plumaje.

El humo

El humo escribe
en el horizonte
unas letras blancas
de chimenea y olvido,
más allá de las montañas,
donde vive aquel hombre
que quemó todos los recuerdos
para no morir de frío.

La hoja seca

Los pájaros miran la caída de las hojas secas,
ese baile final de la belleza
cuarteada por el sol y por la lluvia,
la caída serena sobre las baldosas,
el eco del roce con el suelo,
un crujido de adiós entre las ramas,
todo lo que observa el pájaro en silencio
para después descender como la hoja
y aprender a posarse sobre el suelo de la plaza.