Vino solo para cantarte.
Llegó desde muy lejos.
Sobrevoló en silencio
barrancos y montañas.
No había cantado antes.
Hoy lo intentó en tu azotea
y tú lo escuchas de fondo
sin saber que estás asistiendo
al mayor acontecimiento
de este nuevo día
que ya se vislumbra en la playa.
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